sábado, 16 de julio de 2011

Plato del día o el arte del relleno

Me chifla el humor y me encanta la cocina. La cocina es para mí tan importante y tan agradable que resulta relativamente sencillo vincularla al ingenio de la risa en la vida cotidiana. Por eso al conocer esta preparación tan especial, de un cocinillas también especial, no me he podido resistir a copiarla aquí.

Angulas rellenas de cordero

por Maikel Febrero

Precio: elevado
Duración: elevada
Dificultad: cocineros nivel "dios"

Ingredientes:

1 cordero lechal de no más de ocho dias originario de Lastur
2000 angulas de Aginaga pescadas en noche de luna llena con eclipse parcial
250 gramos de nata hecha con leche de vacas del Pirineo
3 dientes de ajo de Brasov
2 guindillas de Juárez
5 decilitros de aceite de oliva jerezano de primera prensada

Preparación

1. En un horno de leña de un antiguo molino hacemos fuego con roble tibetano, colocamos el cordero limpio en una vasija de barro de damasco y lo dejamos 28 minutos sobre las brasas hasta que esté hecho.


2. Con un bisturí y mucho cuidado deshuesamos el cordero hasta dejar la carne por un lado y los huesos por otro.

3. Echamos la carne a la Thermomix ( no tenéis, pues os la compráis, ya os he dicho que era un plato caro) junto con la nata y batimos hasta conseguir una masa con la textura de un sorbete de limón.

4. Cogemos las angulas y una lupa y buscamos los ojos; bien, una vez encontrados sabemos que en el otro lado está el culo, cogemos un aguja de coser y la introducimos en el orto un milimetro nada más y damos vueltas con mucho cuidado en el sentido de las agujas del reloj hasta ensanchar el citado agujero lo suficiente como para meter una pajita de las de beber coca-cola, a la que habremos acoplado previamente una manga pastelera.


5. En la manga pastelera pondremos nuestra pasta de cordero e introduciendo la pajita en el culo de la angula iremos rellenando con mucho ciudado hasta que veamos que la angula tiene los ojos como Hommer Simpson.


6. En una sartén calentamos el aceite y añadimos los ajos picaditos y las guindillas; cuando el ajo esté dorado añadimos las angulas y las salteamos con cuidado de que no se les caigan los ojos y et voilá, ya tenemos nuestras angulas rellenas de cordero.



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