jueves, 1 de agosto de 2013

En busca de la estrella

Contemplé las estrellas durante unos minutos. Percibí las variadas y caprichosas formas de las galaxias y entendí que aquello no podía ser fruto del azar. El firmamento salpicado de luces era de una belleza abrumadora y éstas iluminaban el perfil de la montaña en esa noche libre de nubes, la más bonita para mirar, ir al fondo y conectar.

Y entonces me pregunté cuál de todas aquellas estrellas sería la mía. Hablé a todas ellas, busqué una señal, intenté concentrarme en alguna que latiera al unísono conmigo mas no la encontré. Por un momento afloró el enfado del que necesita desesperadamente aliento y le falta, y siente que se lo niegan. 

Cuando entré en ese espacio de silencio que permite la contemplación de lo de fuera, al mismo tiempo que hacia dentro, comprendí que no necesitaba ninguna estrella, que ninguna podía responsabilizarse de mí, que ninguna en concreto podría ser para mí jamás, porque yo era Una con todas ellas y mi guía estaba donde estuvo siempre: en mi interior. Así que decidí confiar en mis intuiciones y capacidades y ahora cada noche las saludo desde mi terraza, mientras hago de nuevo silencio, y les agradezco el acompañamiento amable que no requiere palabras, tan sólo presencia.

Gracias Universo...


lunes, 29 de julio de 2013

Anfibia

Bajo un cielo plomizo tejí los enredos de mi alma. Y bajé a deshacer el nudo a la playa de los recuerdos y proyecciones; aquella noche, la luna llena me habló y me acompañó en el camino hacia la cueva, aquella que nunca me atreví a visitar antes, a pesar de estar tan cerca de la orilla. Cuando entré en ella, la marea subió y todo quedó cubierto por el agua; sentí mucho miedo y parecía que todo acabaría...



En el momento en que sentí que me ahogaba, el mismísimo Neptuno apareció y me dotó de branquias y me ofreció sus secretos alquímicos; pude recorrer el laberinto y atravesar los miedos, fundirme con las sensaciones y reconocerlas. Y cuando estuve lista, refloté, me convertí entonces en anfibio. Comprendí que para cada lugar y para cada momento, necesitaba cosas diferentes. Fui capaz de adaptarme y me dediqué a contemplar los submundos, a entrar una y otra vez en ellos, en salir a observarlo todo, a extraer enseñanzas, pero por encima de todo, me centré en vivir el presente y para siempre.

Estas fotografías han sido tomadas en la playa Las Arenas de Pechón (Cantabria) y fue el entorno para la inspiración del texto durante una meditación en movimiento.

sábado, 6 de julio de 2013

A pesar de todo

No son mis mejores días y, sin embargo, amo la vida.

No es mi mejor momento, pero todo es perfecto tal como es.

No es lo mejor que he vivido, pero es parte de mi camino.

No es lo que desearía, pero es de lo que aprendo.

En busca de mi propósito de vida, me perdí en las tinieblas. Ellas me obligaron a mirar hacia dentro y mi intuición me brindó un camino. El camino fue espinoso, pero sus espinas me enseñaron por dónde no transitar. Ahora transito por la vida y fluyo con ella.

Y llegarán más inviernos y más primaveras, y los ciclos serán infinitos. Y en cada despertar y en cada introspección, seguiré la estela del camino emprendido, que no cesa, que es tan interminable como interesante.

Llegar a comprender de manera profunda algunas cosas no tiene explicación racional. Sencillamente se sabe. Y esa sabiduría es la que siempre estuvo ahí, acallada esperando brotar, la que no puede ser reprimida para siempre. La que finalmente conecta con el Ser. 





miércoles, 3 de julio de 2013

La sirena despierta


Cuentan que una sirena que residía en un lejano mar, vivía entregada a su comunidad, servía de embajadora en reinos vecinos y era querida por todos. Tal era su complacencia, que se convenció de que su misión en aquella comunidad era esa, servir a los demás y velar por la felicidad ajena.
Cierto día, sucedió que la sirena comenzó a sentir algo extraño. Aquel hábitat tan idílico donde vivía, de pronto le pareció que tenía rincones que hasta ahora no habían llamado su atención. Así fue cómo decidió adentrarse en las más oscuras cuevas nunca exploradas. En su viaje a ellas, pudo vislumbrar unos cofres custodiados por los guardianes del olvido. Aquellos cofres contenían muchos de los secretos y claves escondidas de la historia de su comunidad.
En una de las incursiones de la sirena, un objeto cuya forma nunca había visto llamó su atención; era una pieza de metal alargada, muy llamativa, con un brillo especial, con un extremo en forma de óvalo y el otro con una terminación extraña, de tal manera que no acertó a adivinar su utilidad. Comenzó a jugar con la pieza cerca de uno de los cofres, percatándose en ese juego de que su preciada pieza podía acoplarse a un orificio situado en él. Era la llave que permitía el acceso a su contenido. Además, los guardianes del olvido desconocían la existencia de llaves maestras que podrían destapar los tesoros allí escondidos, con lo que su poder embriagador quedó difuminado. Pero la curiosidad y ganas de indagar de la sirena fueron suficientes para comenzar a destapar todo un mundo nuevo. Más cofres esperaban a mostrar sus contenidos para que la sirena los explorara…
En ese primer cofre encontró el mapa de un territorio desconocido. Parecía no existir el agua en abundancia en él. Parecía una frontera difícil de imaginar, la intersección de dos mundos paralelos, complementarios. No sin miedo, decidió seguir la ruta marcada hacia aquel extraño lugar. Poco a poco, sus excursiones le fueron mostrando un mundo de posibilidades diferentes. Y los seres de su comunidad, al principio se extrañaron del comportamiento de la sirena, y con el tiempo, llegaron a pensar que se había transformado en algo que no les gustaba ya, incluso intentaron sembrar de miedo y culpa el camino que ella había elegido. La firmeza de la sirena fue muy grande, pero su tristeza la sumió en un pozo aún más profundo que aquellas cuevas que le abrieron a lo desconocido. Una vez abajo, tomó el mayor impulso de su vida y desplegó todo su potencial, volvió a recorrer una y mil veces aquella ruta inicial que le había mostrado el cofre y fue consciente entonces de que su valía nada tenía que ver con lo que su comunidad necesitara de ella. Había encontrado la vía de la autenticidad.
Desde entonces, cuentan que la sirena duerme entre la tierra y el mar arropada por éste y en sintonía con lo que necesita de ambos mundos.


lunes, 24 de junio de 2013

Fin de ciclo en El Saltamontes


Reproduzco de manera literal la última reseña escrita por Xavi Beltrán, educador y acompañante de los saltamontes. Gracias de corazón, a ti, Xavi, y a Carla, por ponerle conciencia y entusiasmo a ese espacio tan especial y por acompañar a nuestros hijos en esta bella etapa de sus grandes vidas.

  Empieza a anochecer en Saltamontes después de un largo día (un curso entero)…pero como la vida misma, dentro de unas horas (semanas), la luz volverá a ganarle la partida a la oscuridad y nos encontraremos todos de nuevo para disfrutar de otro día largo e intenso (un nuevo curso)…Ahora que cae la noche, es momento de recogimiento familiar…Cuando amanezca de nuevo, algunos saltamontes ya no estarán con nosotros: Noel iniciará su andadura en el cole de Navacerrada y Víctor formará parte de un nuevo proyecto, el Dragón…Mucha suerte a los dos y que “os quiten lo bailao…” El resto de saltamontes, abriremos un huequecito en nuestros corazones y en ellos pondremos a Víctor y a Noel para siempre. Para ello, seguramente recorreremos un largo camino, y estaremos tristes durante un tiempo, luego lloraremos, después se lo contaremos a nuestras personas queridas, para recuperar finalmente, y de nuevo, la alegría, porque sabemos que hemos disfrutado con ellos cada segundo compartido…Hasta pronto chicos…

            En este día, los adultos hemos tenido la oportunidad de aprender de las niñas y los niños: Martina, después de un comienzo difícil, forma parte del grupo ya desde hace muchos meses como una más, dispuesta a superar algunos retos que seguro conseguirá…Carlota, la sabia, la más pequeña a la vez que la más autónoma de todos los saltamontes…Adoniel que sólo estuvo unas pocas semanas entre nosotros… Miguel, viviendo intensamente todo y dispuesto por fin a seguir creciendo…Yari, el niño que llega seguro de otro mundo y que llena de luz Saltamontes…Noel, el ingeniero, el más mayor y el primer saltamontes que sale del territorio…Irene, la valiente que vencerá en todas sus batallas…, Álvaro, la curiosidad en persona y la sensibilidad extrema… y  Víctor, el trepador, el último en llegar y deleitarnos con su forma de ser…

            Los saltamontes han disfrutado de todo el territorio e incluso han explorado y descubierto nuevos espacios que ya forman parte de todos nosotros…El invierno ha sido largo y la luz escasa, pero los saltamontes lo han vivenciado como una parte más de la vida…junto con la nieve, la lluvia, el viento, el sol…Hemos visitado nuevos lugares y hemos aprendido un montón de cosas nuevas…y somos más mayores, y más autónomos y más grupo…y seguiremos convencidos de lo que estamos haciendo…También ha habido días tristes, y enfados y discusiones, pero las vemos como oportunidades para aprender…

            Y ahora, toca descansar, reencontrarse todo el día con las familias y los amigos, y esperar con ilusión el momento del reencuentro, y volver a empezar, y volver a decirnos hasta pronto, y abrazarnos de nuevo, y conocer a otros y disfrutarnos y así siempre, abriendo y cerrando círculos infinitos…

            Gracias a los niños y a las niñas por ser como son y mostrarnos el camino del amor y la pureza…

            Gracias a todas las familias por permitirnos acompañar a vuestras hijas e hijos, porque es un privilegio al alcance de muy pocos…

            Y gracias a la vida por permitir que nuestros caminos vayan paralelos durante un tiempo y regalarnos la oportunidad de crecer…

            Y al igual que hemos dicho a los saltamontes que marchan, ¡¡¡que nos quiten lo bailao!!!”.


martes, 28 de mayo de 2013

Un viaje transpersonal


Hay momentos clave en la vida de las personas que no siempre han de coincidir con hechos significativos del proceso de vida. La trascendencia viene de la mano de lograr comprensiones profundas sobre nosotros mismos, en relación al mundo que nos rodea.

Hace poco tuve una experiencia intensa y muy emotiva, en la que me reconcilié con dios, con ese dios interior y personal, esa guía que llevamos dentro, la intuición sabia que hemos desdeñado en aras de lo puramente racional. Pasé dos días en absoluta soledad, caminando de manera consciente por los montes del Parque de Cabañeros. A nivel sensorial, contemplé la vastedad y belleza de la naturaleza exuberante y disfruté sus colores, olfateé el aroma que desprendía la vegetación, toqué la tierra y el agua, escuché los sonidos del campo y comprobé que todo es UNA sola cosa. Sentí la primavera dentro de mí.

Siempre que he sentido este tipo de conexión, ha sido en la naturaleza, y también en acontecimientos en los que el corazón se ha implicado de manera plena, con poca mente de por medio. Comprender además que, efectivamente, la felicidad nunca podrá venir desde algo externo a uno mismo, es difícil, pero posible. Ahí estaba yo, sin nadie cerca, con una botella de agua y una mochila, y me sentía plena, llena de vida, disfrutando de un llanto de alegría y danzando en armonía con la Tierra. Alcancé ese estado de felicidad, y supe entonces que está dentro, que siempre está dentro y que puede fluir, manifestarse fuera, y entonces algo mágico ocurre, lo irradias y eso te retroalimenta.

No se me ocurre mejor forma de transmitir lo verdaderamente importante de la vida a mis hijos, que siendo feliz de verdad, respetar mis propias necesidades, mostrar que el camino hacia uno mismo es un viaje de retorno al hogar, al origen  y sentir esa conexión íntima con uno mismo, con la tierra y con el cielo.

Vista desde Pico Umbría



domingo, 26 de mayo de 2013

La sexualidad de los niños y la nuestra

Ayer, sábado 25 de mayo, se celebró el segundo evento del III Ciclo de Conferencias "Conociendo a nuestros hijos", organizado por Besos y Brazos. La ponencia de ayer corrió a cargo de Yolanda González, psicóloga clínica con una extensa experiencia en apoyo de grupos de padres y madres, sexóloga y especializada en Teoría del Apego y Prevención Infantil,  entre otras muchas cosas. Llevaba por título "Las preguntas delicadas de la infancia", en cuanto a temas como la muerte y la sexualidad.

Destaco en esta entrada la parte dedicada a la sexualidad, englobando tanto aspectos de la propia sexualidad infantil, como el abordaje por parte de las familias de este tema que en su mayoría consideran tabú. Y me quedo con lo que más me ha llegado a mí, pues no pretendo hacer un resumen aquí de todo lo que expuso Yolanda en su charla, aunque comparto absolutamente todo lo que nos mostró y enseñó.

La idea básica de la que partimos es que la sexualidad y el sexo están muy desnaturalizados, se comercia fácilmente con ello, pero no entendemos su significado profundo. El punto de vista expuesto sería aquel en el que la sexualidad se aborda de manera integral, como algo muy importante en la salud de las personas y en nuestro desarrollo desde el inicio de nuestras vidas. El problema es que en las escuelas e instituciones, el tema se trata con un enfoque meramente procreativo, y como en todo, lo más significativo e importante es cómo lo vivimos y cómo lo transmitimos a nuestros hijos; es decir, nuestra actitud en torno a la sexualidad, será la clave para la interpretación que haga el niño de ella. Si en el entorno familiar se niega, se oculta o se evita el tema, el niño interpretará que eso que intenta explorar en sí mismo, es algo que no está bien visto por sus padres, desvirtuando de esta manera su visión presente y futura de un instinto biológico, y por tanto, natural y saludable. 

En épocas no muy lejanas, se pensaba que la sexualidad infantil no existía. Afortunadamente, a raíz de las tesis de Freud, se supo que no sólo existía, sino que además era inevitable para el desarrollo humano. Como instinto natural que es, se debe facilitar su flujo, es decir, no contenerlo, pues tal y como ocurre con la rabia y la ira contenidas, cuando explota, puede hacerlo de forma descontrolada. Por tanto, si el instinto sexual sigue su curso natural, sin intervenciones de corte moral y los prejuicios adquiridos por nuestra propia educación represiva al respecto, entonces se favorece un desarrollo adecuado de la persona. 

Fases del desarrollo sexual 

Destacó las fases del desarrollo sexual de los niños (oral, anal y genital). Es importante para un desarrollo adecuado, el pasar por estas fases de manera completa, sin interferencias externas. Por ejemplo, la fase oral acontece desde el nacimiento, con el reflejo de succión, hasta los 3 años, aproximadamente. Se sabe que un bebé no mama sólo para alimentarse; a través de su boca, percibe el mundo, encuentra seguridad, afecto y cobijo. Por eso es tan importante barrer comentarios del tipo "mama por vicio" o "ya ha comido, y no necesita más teta". Llevar esta fase hasta su final natural implica que permitamos a los niños explorar el mundo a través de la boca. Pero vivimos en un mundo tan aséptico y plagado de miedos, que encontramos siempre buenos motivos para prohibir a nuestros hijos que chupen todo (el típico comentario "eso no, caca", a partir del que Yolanda puntualizó que la caca es caca, no cualquier cosa que no nos parece adecuada que toquen, comentario que comparto del todo). Si todo el mundo supiera cuán importante es esta fase, no interferiríamos tanto en ella.

La fase anal, suelen pasarla rápido los niños que han forjado un vínculo fuerte y que han tenido una lactancia suficiente y prolongada. Se da cuando los niños toman conciencia de que algo sale de su cuerpo. Pero cuando se interfiere en diversas maneras, por ejemplo, forzando a quitar el pañal de manera prematura, cuando aún el niño no está preparado, esta fase se puede extender en el tiempo.

La fase genital, que va desde los 3 hasta los 7 años aproximadamente, es la época del exhibicionismo genital y de la masturbación. Y lo que lamentablemente nos encontramos en la sociedad en general, es que no se aborda de una manera natural y directamente se reprime ("eso no se toca" o directamente "no te toques ahí", "eso es de guarros" entre otras perlas...) A mayor naturalidad en el enfoque, menor problemática presente y futura. La sexualidad infantil no sólo hay que aceptarla y tolerarla, sino también afirmarla, o sea, otorgarle valor y legitimarla, dejando claro a nuestros hijos, que es algo que a nosotros, los adultos, también nos gusta.

En definitiva, si actuamos desde la ignorancia, el miedo y los prejuicios, nunca podremos acompañar a nuestros hijos en este aspecto en libertad, y evitaremos que esta sea una parte de su vida saludable. 

Me dejo muchas otras ideas que allí salieron, pero sirva esto para abrir boca y despertar alguna que otra conciencia.