sábado, 6 de julio de 2013

A pesar de todo

No son mis mejores días y, sin embargo, amo la vida.

No es mi mejor momento, pero todo es perfecto tal como es.

No es lo mejor que he vivido, pero es parte de mi camino.

No es lo que desearía, pero es de lo que aprendo.

En busca de mi propósito de vida, me perdí en las tinieblas. Ellas me obligaron a mirar hacia dentro y mi intuición me brindó un camino. El camino fue espinoso, pero sus espinas me enseñaron por dónde no transitar. Ahora transito por la vida y fluyo con ella.

Y llegarán más inviernos y más primaveras, y los ciclos serán infinitos. Y en cada despertar y en cada introspección, seguiré la estela del camino emprendido, que no cesa, que es tan interminable como interesante.

Llegar a comprender de manera profunda algunas cosas no tiene explicación racional. Sencillamente se sabe. Y esa sabiduría es la que siempre estuvo ahí, acallada esperando brotar, la que no puede ser reprimida para siempre. La que finalmente conecta con el Ser. 





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