martes, 14 de septiembre de 2010

¿Aún más colegio?

Ciertas noticias me producen un espanto enorme, como la aparecida en el diario ABC el día 8 de este mes y que he descubierto hoy por casualidad (http://www.abc.es/20100907/sociedad/padres-piden-colegios-abran-201009071620.html).

Curiosamente, hace tres días veía en el telediario un mini reportaje acerca de una maestra llamada Julia Resina (http://www.rtve.es/alacarta/#874037), que me impactó por lo bonita en sí de la misma y que me llegó al corazón por cómo esta mujer ha ejercido su profesión durante casi cuarenta años. Lo cuenta en un libro que se publica mañana, llamado "Querida maestra" de La Esfera de los libros. Yo, que personalmente desconfío del sistema educativo oficial vigente, vislumbré algo de luz y pensé: “hay gente que sabe lo que es realmente importante en la educación y en la vida”. El domingo el diario El Mundo publicaba en su magazine un reportaje sobre ella, sobre la labor encomiable de esta maestra en las aulas y en la vida, que recomiendo desde aquí. Básicamente, Julia Resina basa sus tesis en el respeto y la empatía, tan en desuso actualmente, en la enseñanza con cariño y dedicación, y en lograr despertar lo mejor de cada alumno con esas armas tan sencillas.

Y hoy siento una punzada cuando en esa noticia de la que hablaba al principio, leo “Los padres piden que los colegios abran los domingos”. El debate está servido, esto es tan sólo el titular. ¿Qué más me encontraré dentro? Me dispongo a leerlo, con cierto miedo; reconozco que estoy predispuesta a la indignación, estas cosas son lo suficientemente serias como para quedar indiferente… y lo primero que veo es la expresión tan de moda “conciliación de la vida profesional y familiar”. Sí, es un problema, lo sufrimos todos en una medida u otra, pero me falta ver el enfoque. Mientras unos pensamos que podemos vivir con menos, pero en más sintonía con nuestros hijos y parejas, proporcionando a nuestros niños más calor afectivo, más seguridad a través del apego, herramientas básicas para que sientan que son dignos de ser tenidos en cuenta, amados y respetados, otros piensan que es mejor tener más cosas materiales que darles, a cambio de vacío afectivo irreparable. Me va sonando mal...

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) propone lo siguiente:

• puertas abiertas de los colegios 12 horas al día

• puertas abiertas de los colegios 7 días a la semana

• puertas abiertas de los colegios 12 meses al año

es decir, al mismo ritmo que los centros comerciales esos tan maravillosos donde algunas familias pasan su tiempo de ocio con los niños, una auténtica locura, bajo mi punto de vista.

Manoli Ocaña, miembro de la junta directiva de la Asociación en Baleares dice textualmente: “ayudaría a que los padres puedan encargarse de su negocio. Supondría una conciliación real de la vida familiar con la profesional”… Me quedo perpleja, pero lo veo más claro: el niño no nos reporta ningún beneficio económico. Suena duro, ¿eh?. Esto sí que es el colmo; o sea, concilio MI vida profesional, para que mi negocio vaya aún mejor y al niño lo aparco 12 horas al día, 7 días a la semana, 12 meses al año y delego mi responsabilidad en personas externas que no tienen ningún vínculo emocional con mi hijo, y que además, están cansados de pedir que los padres se impliquen más en su educación. ¿Con qué estoy conciliando entonces? ¿Con mi bienestar económico?

Además, la CEAPA, pide también lograr permisos laborales para asistir a las tutorías, reuniones de padres etc… Eso me parece más razonable, pero no me cuadra nada con la primera propuesta, lo siento, estaré obtusa pero lo veo totalmente incongruente. Y sigue: “está comprobado que una buena comunicación entre los padres y el colegio de sus hijos repercute en las notas”. Sí, es cierto, pero no podemos delegar el grueso de la atención que requieren nuestros hijos, al colegio. Y no entro en el tema de las notas, pero no me parece lo más importante para lograr personas íntegras.

También se alude a temas que me siguen dando mucho miedo: más actividades extraescolares (¿más aún?), más plazas para educación infantil… A nadie se le ocurre pedir subvenciones para estar más disponible para los niños en casa. ¿Qué hace un bebé de 4 meses en una escuela infantil? Me hace gracia que siempre me argumentan que se “les estimula”, aprenden colores, números, o sea, cosas que se aprenden en casa, en la calle, y además no a través de un aprendizaje dirigido, sino espontáneo, que es el que perdura, como bien saben los teóricos de la educación. El mejor estímulo para un bebé son las caricias y la cercanía y dejemos de engañarnos sólo porque lamentablemente, tal y como está montado nuestro sistema, haya familias que tengan que recurrir a estas escuelas. Si no nos queda más remedio que echar mano de ellas, al menos reconozcamos que no es lo ideal…

Finaliza la CEAPA pidiendo una extensión del calendario escolar porque, en palabras de Ocaña, “no sólo ayudaría a la conciliación, sino que elevaría el bajo nivel académico, los niños se acomodan a no hacer nada durante un tiempo excesivo”. Parecemos productos finales que salen de una factoría de ciudadanos ocupados, sin posibilidad de vida a otros niveles. ¿Es esto a lo que se referían con la era de la robótica? ¿Por qué no tomamos como ejemplo Finlandia? Citaré textualmente las palabras que figuran en el folleto de la Asociación “Otra escuela es posible”: “El informe PISA señala a los alumnos finlandeses de 15 años como los de mayor competencia lectora, matemática y científica de toda la OCDE. El 96% de los alumnos finlandeses obtiene la secundaria obligatoria. Los niños finlandeses entran en el sistema escolar y no empiezan a leer en ningún caso hasta los 7 años. Las clases son de 45 minutos y 15 de descanso. La ratio por alumno es más baja que en España. Existe una gran flexibilidad organizativa en el centro para atender a los alumnos”.

Claro, que también es cierto que necesitaríamos equipararnos a otros niveles, como por ejemplo, un permiso de maternidad acorde a la naturaleza madurativa de nuestros niños, pero...

En fin, seguiré creyendo y confiando en personas como Julia Resina para no caer en la desazón, porque tal y como va el mundo… me niego a asumirlo.

3 comentarios:

  1. Sonia, estoy contigo, ayer leyendo la noticia no daba crédito, “ayudaría a que los padres puedan encargarse de su negocio. Supondría una conciliación real de la vida familiar con la profesional”… pero como pueden llamar a esto conciliación, eso es de todo menos conciliación!!! conciliación es como tu dices adaptar el permiso de maternidad acorde con la naturaleza madurativa de nuestros hijos pero bueno que me enciendo y entonces no paro.
    Gracias por compartir tus pensamientos. :-D

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  2. Sonia es una reflexión muy acertada...quienes plantean esto, realmente tienen unas pretensiones diferentes a las tuyas..su prioridad es su negocio, no su familia, tal vez es por lo que hayan experimentado en su infancia..no es una justificación, tan sólo es intentar comprender cómo se puede querer estar más tiempo sin sus hijos.
    Gracias por compartir tus reflexion

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  3. Ojala pronto cambien nuestras prioridades y nuestra sociedad empieza a valorar en su justa medida la importancia de una crianza con apego.
    Sólo espero que mis nietos puedan disfrutarlo.

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