Acabo de terminar el primer libro en castellano que habla del colecho, de forma sencilla y directa, pero basado en un riguroso compendio de estudios; en concreto, alude a 72 referencias bibliográficas. Me pregunto en qué momento y de qué manera comienzan a influir tanto los condicionantes culturales en el mundo occidental para condenar una práctica, por un lado tan extendida como natural y por otro, tan recomendable desde el punto de vista científico. Es pues un tema tan controvertido por desconocido, que creo es digno de ser comentado. El libro en cuestión es "Dormir con tu bebé. Una guía para padres sobre el colecho" del experto en sueño, el Dr. James J. McKenna y editado por Crianza Natural.
La presentación de esta edición corre a cargo del Dr. Carlos González, que comienza así:
Hace ya más de un siglo, a alguien se le ocurrió prohibir a los padres dormir con sus hijos, y más tarde otros les prohibieron dormir cerca de sus hijos. "Dormir", que en boca de las madres había sido un verbo transitivo ("Voy a dormir al bebé"). se convirtió en intransitivo: el bebé tenía que dormir solo.
Innumerables padres e hijos han sufrido por ese prejuicio. Unos se han visto reducidos al llanto y la soledad. Otros, muchos más de los que se piensa, han dormido juntos a escondidas, sintiéndose culpables, soportando acerbas críticas o mintiendo para no tener que soportarlas. Especialmente desde que, hace unas décadas, una nueva hornada de libros divulgó la idea de que los bebés a los que no se "enseña" a dormir solos desde muy corta edad tendrán "problemas de sueño" todo el resto de su vida.
He conocido, como padre, los temores e incertidumbres que produce el choque entre los prejuicios y la realidad... Por suerte, también había conocido, como hijo, la cama de mis padres: la paz, el calor, la completa seguridad. Tal vez fue ese recuerdo que me permitió redescubrir la paz, el calor y la completa seguridad de dormir con mis hijos....
Somos muchos los que nos sentimos identificados con estas palabras de Carlos González, y con aquellas que comentan otros autores acerca de esta obra. Entre ellos están Rosa Jové, Meredith Small, Peter Fleming y Willian Sears.
Diversos estudios antropológicos y los llevados a cabo por el equipo del Dr. McKenna, muestran que el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es prácticamente inexistente en otras culturas. Se sabe que tiene una relación directa con el tabaquismo de los padres. Además, el riesgo de SMSL se duplica en aquellos niños que duermen solos con respecto a los que duemen con sus padres.
Lo que me lleva a preguntarme de nuevo por qué se demoniza tanto una práctica tan agradable como recomendable para ambas partes. En Japón, por ejemplo, es algo que no se cuestiona; simplemente es impensable dejar dormir solo a un bebé. Los hijos duermen con los padres muchos años y eso no supone ningún problema de desarrollo ni de independencia, pues al contrario de lo que se cree, estos niños en el futuro son más independientes, en contraposición a la autonomía contra reloj y anti natura que pretendemos inculcarles dejándoles solos durante horas, entre otras cosas. De hecho, el resultado arrojado por una encuesta entre individuos en edad universitaria, muestra que "aquellos que durmieron con sus padres desde el nacimiento hasta los 5 años, gozaban de una autoestima significativamente mayor, experimentaban menos sentimientos de culpa y ansiedad". No es moco de pavo, no. Además, añade: "El colecho es parte de un entorno de amor y apoyo que los padres crean para sus hijos, y este entorno, a su vez, les proporciona la confianza para convertirse en adultos sociales, felices y cariñosos".
Diversos estudios antropológicos y los llevados a cabo por el equipo del Dr. McKenna, muestran que el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es prácticamente inexistente en otras culturas. Se sabe que tiene una relación directa con el tabaquismo de los padres. Además, el riesgo de SMSL se duplica en aquellos niños que duermen solos con respecto a los que duemen con sus padres.
Lo que me lleva a preguntarme de nuevo por qué se demoniza tanto una práctica tan agradable como recomendable para ambas partes. En Japón, por ejemplo, es algo que no se cuestiona; simplemente es impensable dejar dormir solo a un bebé. Los hijos duermen con los padres muchos años y eso no supone ningún problema de desarrollo ni de independencia, pues al contrario de lo que se cree, estos niños en el futuro son más independientes, en contraposición a la autonomía contra reloj y anti natura que pretendemos inculcarles dejándoles solos durante horas, entre otras cosas. De hecho, el resultado arrojado por una encuesta entre individuos en edad universitaria, muestra que "aquellos que durmieron con sus padres desde el nacimiento hasta los 5 años, gozaban de una autoestima significativamente mayor, experimentaban menos sentimientos de culpa y ansiedad". No es moco de pavo, no. Además, añade: "El colecho es parte de un entorno de amor y apoyo que los padres crean para sus hijos, y este entorno, a su vez, les proporciona la confianza para convertirse en adultos sociales, felices y cariñosos".
Me gusta, a ver si se hace cultura de esto porque la sociedad impide disfrutar del colecho. Aunque yo paso, hasta de mi estanjano cuando el niño le ha dado algunas patadas y se enfada!
ResponderEliminarayer dormimos estanjano, tataestanjanito, estanjanito y yo!! en una cama de 1.35! igul ahí si es algo incomodo, pero que bien!
Es muy bueno. Lo lei hace un tiempo y me encantó. Como tu dices, explica las cosas de una manera muy clara y muy bien fundamentada. Ojalá todos los libros (como por ejemplo el de Estivill) fueran tan rigurosos y estuvieran tan bien fundamentados.
ResponderEliminarNosotros colechamos y nos encanta...ya no concevimos dormir separados!!!
Son muy interesante dos datos: que el riesgo de SMSL se duplica en los niños que duermen solos, y que en Japón se impensable dejar dormir solo a un bebe (cuando en nuestra cultura esta mal visto hoy en día).
ResponderEliminarEs muy bueno que poco a poco se empiece a revertir esta situación, ya que dormir con se bebe es algo que ningún padre se debería privar y mucho menos se debería privar al bebe de ello
http://www.bebeslectores.com