lunes, 27 de agosto de 2012

Mi lactancia a dos

Decir que hago tándem me suena feo; parece algo impersonal y precisamente de lo que quiero escribir es de las percepciones y sensaciones personales que experimento amamantando a mis dos hijos a la vez, y eso de inerte y feo tiene poco.

La leche materna es un alimento vivo, y como tal, es renovado constantemente en el cuerpo de la madre y siempre está disponible. Estos conceptos básicos los enlazo a título personal con el significado profundo de lo que es la relación, el vínculo, la seguridad y en lo que a la lactancia en tándem se refiere, además, he descubierto que refuerza la inter-relación de los dos hermanos. 

Los comienzos con el tándem fueron muy sencillos y las sensaciones de integración de mis dos pequeños conmigo increíbles. Empecé entonces a darme cuenta de cuán grande estaba Alvaro, de las succiones tan diferentes de uno y otro y de los grandes avances de su propia relación a medida que avanzaba el tiempo y con él, las percepciones en crecimiento de Gael, y la normalización de la llegada del hermano pequeño para Alvaro. El tándem me ayuda en este último punto, pues la pérdida de exclusividad de mami para Alvaro, supuso para él un obstáculo con el que no contaba y que con paciencia y aceptación de la emoción, se va auto-gestionando.

Las miradas, las manos que se encuentran, los juegos improvisados y toda la energía que mueven ambos cuando se enganchan a la teta, compensa con creces el, a veces, cansancio, y la sensación de estar literalmente perdiendo fuelle por mi parte. Nadie dijo que fuera un camino de rosas, pero menos lo es el no contar con este elemento de la naturaleza tan efectivo, tan afectivo como es la teta. No me imagino mejor consuelo y remedio para muchas de las situaciones cotidianas. Y en definitiva, la conexión que experimento con ellos va más allá de lo tangible y eso me lleva muchas veces a otras dimensiones fuera del marco de lo concreto. Algo inexplicable en palabras se mueve.

Imagen extraída del blog de SINA

1 comentario:

  1. Me encanta como te has expresado. Yo he vivido eso, aunque también recuerdo un día que empezaron a meterse la mano uno al otro, hacerse piquetes de ojos y terminé con un cabreo del quince, jajajajajaja.

    Me gustaría ponerme en contacto contigo pero no encuentro tu mail, podías decírmelo?
    construyendounafamilia@gmail.com

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