Vaya por delante que no creo en las guarderías. Creo firmemente que ninguna escuela infantil puede suplir de manera satisfactoria los cuidados de los padres a los hijos en sus primeros años. También pienso que nuestros pequeños no necesitan tales recursos, como se nos intenta vender desde bien temprano. Sin embargo, quiero dejar constancia de mi respeto hacia los que acuden a ellas por no tener o no querer otra solución y hacia aquellos profesionales que trabajen en ellas dedicando ilusión y esfuerzo. Si alguien se molesta en leer algo de psicología evolutiva comprobará que no vale la pena enseñar determinadas cosas a determinadas edades; todos lo aprendizajes se dan de manera espontánea, si dejamos los ritmos naturales de los niños fluir, si les damos libertad de movimiento, si les facilitamos las condiciones para un pensamiento libre, si les dejamos en definitiva experimentar y pensar por sí mismos, sin adelantarnos ni anticipar con frases sentenciadoras del tipo: " te vas a caer", "no hagas tal cosa"... En lugar de eso, ensalzamos como bondades que alguien se moleste en enseñarles, por ejemplo, a ponerse el abrigo (sic); las cosas se aprenden en la vida y casi siempre por imitación.
Cuando Álvaro era un bebé, me preguntaba cómo se las apañarían en una guardería con más de cuatro bebitos, aparcados en sus cunitas, o sentados sin la atención exclusiva que de verdad necesitan los niños a edades tan tempranas, sin entrar en la innegable necesidad de mamá de los bebés. Llegué a la conclusión de que era imposible hacerlo bien, por mucho empeño que se le pusiera a la cosa. Claro que la implicación emocional es también diferente, pero ese es otro tema; eso no exime de querer hacerlo estupendamente.
Hoy en día, con dos hijos y una situación temporal que me hace estar a solas durante todo el día con ellos, compruebo una vez más, pero con mayor intensidad que realmente es imposible atender como merecen, al completo, las necesidades emocionales de ambos a la vez. En estos casos 1+1 no es igual a 2. La ecuación se corresponde más bien a una integracion de elementos. No se trata de "trabajo" multiplicado por dos; se trata de deseos cruzados, demandas solapadas, sentimientos encontrados de unos y otros, imprevistos a cada momento, desdoblamiento de actividad, amor incondicional, todo a dos bandas. Mientras uno reclama movimiento arropado en brazos, otro quiere juego tirada en el suelo. Mientras uno quiere descansar plácidamente junto al pecho de mamá, otro necesita jugar al corro de la patata ¿Cómo se hace eso?
Pero volviendo al tema, en esta sociedad despersonalizada, donde la maternidad está tan desvalorizada, en la que lo lógico se antoja capricho o moda, criar en condiciones, sin aparcar a los niños, se nos pone muy difícil y por eso han triunfado ideas que favorecen el desapego y la supuesta independizacion temprana (ja) de los niños pequeños. Así conseguimos a nivel inconsciente sentirnos menos responsables o culpables de la soledad de nuestros hijos. Llevar a nuestros hijos a la guardería se nos disfraza de necesidad para ellos, cuando la verdadera razón está en nosotros, en lo que consideramos importante. Realmente el mundo está del revés, pero algunos nos empeñamos en vencer la inercia, aunque eso nos cueste y mucho.
Me encantan tus posts!!
ResponderEliminarRespecto a las guarderias , te recomiendo que leas "La mejor guardería, tu casa", lo estoy leyendo y me está gustando mucho.
No se si leiste en mi blog que quiero tener otro bebé...y una de las cosas que me hace tardar en decidirme es me da terror el no saber atender a los dos como merecen y necesitan...
Ana, gracias! Tengo el libro sin empezar, me acabo de mudar y apenas tengo tiempo entre unas cosas y otras y por eso también hay cosillas pendientes de terminar de escribir.
ResponderEliminarTe he leído, y tienes mucha razón en pensarlo así, pero al final sacas de donde no hay muchas veces, jeje. Y otras, es cierto, no llegas como te gustarías
Un beso
Ay Sonia la foto que has puesto me ha partido el corazón... hoy llevo un dia triste triste y encima me he encontrado con los vecinos y su bebe de un mes... en el capazo, le he hecho una carantoña y tan feliz, en cuanto le he retirado la cara a llorar... y los papas a sacudir violentamente el carrito... y yo con mucha educacion " eres un mimoson, seguro que quieres bracitos" "claro que es lo que quiere, menudo listo, como siga portandose tan mal no le vamos a dejar jugar con el tuyo" me parte el corazon :___( y me consta que adoran al crio y la vecina de abajo tambien deja llorar a su beba y ahora encima le ponen un cd con nanas, la niña sigue llorando pero ellos no la oyen o no la quieren oir porque yo si y se me parte el alma...
ResponderEliminarMenudo desahogo te he soltado, pero es que hay dias que no puedo con el mundo que estamos haciendo, se respeta tan poco a los niños... seguro que hay guarderias maravillosas, pero no para bebes pequeños y no para estar alli 8-10 horas...
Que penita...
Un abrazo grande!!
Bei
Cómo se te nota que se acerca el jodido momento de incorporarte, mi niña!! Pero ánimo, que dentro de lo que cabe, no estarás mucho tiempo sin tus nenes y luego sabrás compensarlo. Muchos besos!!
ResponderEliminarPues Susan, me queda 1 mes y 1 día, pero me siento muy orgullosa de haber tomado en su momento, cuando Álvaro era pequeñín, una decisión que considero valiente. Mis peques no van a la guarde; nos apañamos con un sueldo menos, pero nos compensa. Eso que nos llevamos todos ;-)
ResponderEliminarUn besote a todas
Me encanta tu reflexión Sonia.
ResponderEliminar¿Cómo se consigue lo de dormir y arrullar al bebé y tirarte a jugar al suelo con el mayor? Con un portabebé y, sobre todo, aprendiendo a ponerlo a la espalda... te da una nueva dimensión... lo único que falta es una teta movible para la espalda, pero a mi, de momento, nunca me ha hecho demasiada falta.
Yo llevé a Darío a la guarde, pero con Diana decidí que prefería que alguien viniera a cuidarla a casa mientras yo trabajo... Y es la mejor inversión que he podido hacer. Mis hijos la adoran, le encanta mi forma de ver la crianza y yo me quedo tranquila sabiendo que la dejo en buenas manos. :D
Hola guapetona, como te hecho de menos!!! Hoy he sacado tiempo para leerte y así me parece que te tengo más cerca :)
ResponderEliminarYa sabes que estoy más que de acuerdo con tu forma de pensar y en particular en este post te has lucido, con la foto (ole!) y con el contenido sobre las guarderias.
También yo pienso como será tener dos hijos con uno mayor tan terremoto como Álvaro (casi) y otro bebito y ahí me siento tentada de llevar a Samuel a otro lugar (¿una guarderia libre?) para poder atender al pequeño, pero haré bien? Será suficiente maduro para querer ampliar su mundo? Por supuesto que si no lo veo claro, no forzaremos...que dilemas nena.