martes, 17 de mayo de 2011

Un nuevo paradigma

Dice Michel Odent que para cambiar el mundo, hay que cambiar la forma de nacer. Yo no puedo estar más de acuerdo con él, en ésta, nuestra era, la de lo tecnológico por encima de lo humano. Pero eso es sólo parte del principìo; me remontaría a mucho tiempo atrás incluso.

La conciencia de un mundo diferente pasa por re-concebir los pilares básicos de la vida, la existencia y el Universo en general. Y ya que de re-concebir se trata, me permito la licencia de enlazar esta idea a lo que interpreté del destilado que surgió el pasado sábado en la conferencia de María Jesús Blázquez. Tuve el inmenso placer de, no sólo escuchar su ponencia, sino también de compartir ideas en una conversación de tú a tú muy interesante, muy desde el corazón y sobre todo, muy esperanzadora. María Jesús es catedrática de Biología y Geología y de eso hablamos, de Biología, de Bioquímica, de una nueva concepción de la Biología, de una nueva forma de descubrir el mundo en el que nacemos y al que venimos; hablamos de maternidad, de maternaje, de parto mamífero, y de lucha insumisa desde el respeto.

Momento íntimo con María Jesús

Durante sus charla, tuve una visión. Enganchada a esas imágenes representativas del orgasmo femenino y las ánforas neolíticas como iconos del útero, de la matriz primera que alberga la vida, me imaginé como si de un sueño (posible) se tratara, escenas cargadas de autenticidad. Ví mujeres disfrutando de verdad de la potencia de su sexualidad, sin condicionantes ni prejuicios, empoderadas pariendo a sus hijos en libertad, sabiendo cuál es su lugar en el mundo, sin ser cuestionadas, sin necesidad de enfrentarse a la sociedad entera por explicar cómo quieren que sea su vivencia como mujeres. Sin demostraciones absurdas de la valía a través de la equiparación ficticia con el hombre.

En el marco ecológico, entendido como la ubicación primigenia de todo lo que existe, la armonía vendría sola, sin planes ni estrategias modernas, según la necesidad de alcanzar la vida en la naturaleza, de forma salvaje. Y entonces, dedicar el merecido tiempo y la energía necesaria para favorecer la escucha interior y la entrega a la Vida, en todas sus vertientes y con todas sus consecuencias.

El aire del cambio lo estamos respirando. Hay mucho que hacer, pero el principio está en lo inmediato, en lo que podemos hacer y en lo que sentimos, en ser responsables de nuestra existencia, en no dejarse doblegar por lo externo a uno mismo y conseguir así ser más libre. Por extensión, la libertad da paso a la autenticidad.

1 comentario:

  1. Sonia, me encanta tu blog, lo descubrí anoche y casi me lo he leído entero.
    Grandes reflexiones a preguntas que muchos nos hacemos, a la cantidad de incoherencias que nos rodean y que limitan (o anulan) el libre pensamiento del ser humano transformándolo en meras marionetas y alejándolo, en mi opinión, del verdadero humano.
    Al igual que a ti, la maternidad ha cambiado mi visión de las cosas y me ha hecho más fuerte para luchar por mi libertad y la de mi familia. Muchos besos

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